El 7 de noviembre, el brigadier Miguel Krassnoff Martchenko, reaccionó al nuevo rechazo de su solicitud de libertad condicional. En una carta, el militar condenado a más de 400 años de presidio, asegura que “Jamás aceptaré ser tratado de violador de DD.HH., torturador u homicida”.
“¿Qué justicia es esta que tiene que inventar ficciones y pedir excusas por situaciones dolorosas ocurridas en un contexto tan trágico como el que nos llevó hace más de 40 años atrás a la anarquía, el terrorismo y la violencia generalizada que se vivía en Chile? Incomprensible”, comienza la misiva de 4 carillas a la que tuvo acceso El Dínamo.
Según el exmiembro de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), “una vez más se ha actuado con ilegalidad, injusticia, irrespeto a las leyes vigentes, incumplimiento al Estado de Derecho y con premeditada actitud negativa contra mi persona que raya en una abierta prevaricación, al hacer uso y abuso de extraños resquisios (sic) legales (concepto de muy tristes y trágicos recuerdos en la historia reciente de Chile) mediante los cuales le tuercen con incalificables intenciones la letra y el espíritu a la Ley para rechazar mi libertad”.
“Todas las condenas que he recibido corresponde a determinados años y estas NO SON SUMATORIAS, pues conforme a la Ley, ya deberían haber sido acumuladas transformándose mi situación en solo una o dos condenas, cosa que no ha ocurrido (sic)”, agrega.
Krassnoff además critica los aspectos considerados para que un condenado pueda optar a la libertad condicional, como la conciencia del delito y del daño ocasionado, o la eventual motivación al cambio. “¡Todas esas ordinarieces conceptuales que se permiten señalar estas personas, que jamás me han conocido, las rechazo categóricamente, motivo por el cual las descarto de mi análisis por no tener relación alguna con mi persona!”, subraya.
“Como oficial subalterno del Ejército de Chile, junto a los subalternos de la época, combatí a cara descubierta a terroristas de comprobada criminalidad que cometieron los delitos más atroces en contra de la sociedad chilena toda, mucho antes del pronunciamiento militar del año 1973. Si haberlos enfrentado en el cumplimiento de mi convencidas (sic) misiones de militar y haber logrado aportar con mis acciones a su neutralización y de paso haber actuado en defensa propia sobreviviendo a sus ataques arteros y sorpresivos le llaman ‘insuficiente conciencia del delito y del daño ocasionado’, pues están totalmente equivocados. El daño real me lo ocasionaron esos violentistas a mí, a mi familia, a mis subalternos y a sus respectivas familias”, explica.
“Yo no obligué a nadie a hacer uso ilegal y clandestino de las armas y a enfrentarse arteramente con la autoridad. Si esos extremistas así lo resolvieron, allá ellos pues recibieron una respuesta acorde a su dislocada e irresponsable conducta. ¿Ese es el cargo de ‘daño causado y tener insuficiente conciencia del delito’? ¡Hipócritas y cobardes! No acepto, ni aceptaré jamás cargos como esos, pues nunca cometí delito alguno en la comisión de mis misiones militares”, remarca.
El brigadier también dedica párrafos al “otro tipo de víctimas inocentes de toda la señalada violencia y criminalidad desatada por los terroristas”. “Sus padres, sus hijos, sus esposas que en la mayoría de los casos jamás sospecharon que alguno de los integrantes de sus familias eran terroristas. Si, ellos recibieron un enorme daño, producto de los desvaríos ideológicos y dogmáticos de sus respectivos parientes. Lo siento por ellos”, agrega.
“Soy y seré inocente de todos los cargos que me han imputado a la fecha, al igual que mis subalternos de antaño. Jamás aceptaré ser tratado como violador de los derechos humanos, torturador o haber cometido homicidio contra persona alguna. El solo análisis de esta situación puntual así lo demuestra. Todos los motivos por los cuales estoy privado de libertad se han basado en ciertas ‘fundadas presunciones’ muy alejadas del trascendental y respetado concepto de Justicia. Las razones de toda esta escandalosa e ilegal situación que hoy enfrento provienen de otros estamentos netamente ideológicos y políticos que no se condicen ni con la verdad ni con la historia”, finaliza.