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“Electrodos en pies y muñecas, para luego inducir descargas eléctricas”: las razones de la orden de detención contra Cristián Labbé

“Electrodos en pies y muñecas, para luego inducir descargas eléctricas”, estas torturas recibió Harry Cohen Vera en 1973, razones por las cuales se le acusa de apremios ilegítimos al coronel en retiro y exalcalde de providencia, Cristián Labbé, y por las que se despachó una orden de detención en su contra.

Asimismo, a través de una investigación liderada por el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las Cortes de Apelaciones de Temuco, Valdivia y Puerto Montt, Álvaro Mesa, se logró someter a proceso a Labbé por aplicación de tormentos a Jaime Rozas, Bernardo Santibáñez Álvarez y de Juan Horacio Rosales.

A raíz de los hechos –que se remontan al mes de noviembre de 1973 y que fueron perpetrados en la ciudad de Panguipulli, en la región de Los Ríos-, el magistrado ordenó el ingreso de Labbé, en calidad de procesado, al Destacamento de Montaña N° 8 Tucapel de Temuco, debido a que su libertad “constituye peligro para la seguridad de la sociedad”.

En la investigación, el ministro Mesa pudo establecer que entre octubre y noviembre de 1973 el ejército en campaña comandado por el general de brigada Nilo Floody Buxton, tomó el control de la ciudad de Panguipulli, realizando un intenso operativo militar el cual fue calificado por la prensa de la época como la llamada “Operación Peineta”.

Esta operación se realizó en la zona cordillerana comprendida entre Concepción y Valdivia, y tenía por objetivo capturar a personas opositoras al régimen militar. Sin embargo, la detención de Harry Cohen fue fortuita.

De 26 años en ese entonces, Cohen era estudiante de segundo año de la carrera electrónica del Instituto Profesional Nuevo Mundo de la ciudad de Santiago, y el 6 de noviembre de 1973 viajó a la localidad de Futrono a visitar a unos familiares.

A día siguiente, y encontrándose ya en la casa de sus familiares, irrumpió en aquel domicilio un grupo indeterminado de militares “boinas negras” los cuales procedieron a allanar el lugar y a detenerlo conjuntamente con Jaime Rozas, los cuales fueron inmediatamente trasladados hasta el retén de Carabineros de Futrono,

Los aludidos permanecieron aquella noche en el retén, para posteriormente ser conducidos por personal militar, hasta un helicóptero que se encontraba posado en la plaza de la ciudad, momento en que se pudo percatar además de la presencia de otras personas en calidad de detenidas.

Luego, emprendieron vuelo a una zona a la que posteriormente se enteraron correspondía a la de Panguipulli y fueron llevados a una escuela de la ciudad, lugar donde Cohen junto a otros tres detenidos fueron interrogados.

En la indagatoria también se describe que, en estas condiciones y transcurridos dos días, el estudiante de 26 años escuchó el ruido de helicópteros que despegaban y aterrizaban en la ciudad, cuando en un momento determinado se percata que la puerta de la habitación es abierta con violencia divisando en ese momento un “enorme militar”, fuertemente armado y con ropa de camuflaje quien bajo improperios le ordena que bajara su vista, al mismo instante en que lo amenaza, con una arma blanca (corvo), que le cortaría el cuello.

Posteriormente, y por el carcelero del lugar, Cohen se entera de la identidad de este oficial, quien le señala el apellido y le manifiesta que “era hijo de un connotado militar”.

A dos días del episodio descrito precedentemente, la víctima fue retirado de su celda con los ojos vendados y con un saco a modo de capucha sobre la cabeza, amarrado de pies y manos, siendo transportado en un camión hacia un lugar que aparentemente pudiera corresponder a una bodega.

“En estas circunstancias fue colgado con las manos atadas a la espalda, permitiéndole apoyarse sólo con la punta de sus dedos al suelo. Que en ese momento es interrogado por tres militares, respecto de los cuales pudo identificar la voz de aquel oficial corpulento descrito en el punto precedente, quien en forma burlesca realizaba reiterados alcances a su origen semita. Que en dicho interrogatorio conectaron electrodos en su tobillo y muñecas, los cuales en forma sistemática producían descargas eléctricas cada vez más intensas, al mismo tiempo en que era interrogado”, señala la investigación.

Asimismo, se precisa que los mismos apremios relatados por don Harry Cohen Vera, en la fecha y lugar de detención descrito precedentemente, sufrieron Juan Horacio Rosales; Bernardo Santibáñez y Jaime Rozas.

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