Buenas noticias para Harold Mayne-Nicholls. El Tribunal de Arbitraje Deportivo o TAS por sus siglas en inglés, decidió rebajar de tres a dos años la sanción de la FIFA sobre el ex presidente de la ANFP, mientras se desempeñaba como encargado en la Comisión de Evaluación de las candidaturas de los mundiales 2018 y 2022.
Según el TAS, Mayne-Nicholls violó al menos tres artículos del Código de Ética de la FIFA. Estos fueron el 13, referente a la conducta, el 15 sobre lealtad, además del 19, que habla sobre el conflicto de interés. Sin embargo, no pudieron demostrar que violara el 20, referente al ofrecimiento y aceptación de regalos y otros beneficios.
Los encargados de impartir justicia fueron el alemán Martin Schimke, el belga Bernard Hanotiau y el italiano Luigi Fumagalli, quienes concluyeron que esta “representa una sanción apropiada y proporcional”.
Por esta razón, los árbitros del TAS decidieron descontar un año del castigo impuesto por el otrora presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional y quien trabajara durante varios en la FIFA.
En un comienzo la sanción para el ex presidente de la ANFP durante los años 2007 y 2011 de la comisión de la FIFA fue distinto. Tras ser acusado de incumplir con el Código de Ética el 6 de julio del 2015, Mayne-Nicholls fue sancionado por 7 años. Ahora, el chileno ya cumplió dos de estos.
“Salí con la sensación de que no había mucha objetividad. El periodo entre la audiencia, que fue el viernes previo a la final de la Copa América, hasta el lunes siguiente que me dieron la resolución me hizo pensar que no juzgaron el tema con atención. No tenían gran importancia mis respuestas, era un trámite, no tuve sensación de real imparcialidad”, dijo el ex presidente de la ANFP el pasado 27 de junio, cuando se retiró de la apelación, que hoy se dio a conocer.
Además, se defendió sobre la participación de otras personas en la misma comisión.
“No era un trabajo de una única persona. Y si hubiese querido influir en cualquier sentido en alguna de las 9 candidaturas, el resto se habría resistido. Lideré un trabajo honesto, serio, profesional y con conclusiones claras”, cerró entonces Mayne-Nicholls.