Hasta junio, se ha beneficiado a 5.990 personas de las 15.000 que se proyectaron. Este año, son 2.000 los pacientes sumados a la cobertura y 1.275 que recibieron tratamiento lo dejaron o fallecieron.
Más de dos años pasaron desde que la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la Ley Ricarte Soto, en junio de 2015, asegurando que 15.000 personas se verían beneficiadas cuando estuviera funcionando en un 100%, situación que se cumplió este año en términos de recursos ya que se dispuso de los $100 mil millones de pesos, pero la cobertura no coincide y está muy por debajo de las proyecciones y anuncios presidenciales.
La ley, que da cobertura a 14 enfermedades, ha beneficiado a 5.990 personas desde su entrada en funcionamiento en junio de 2015, los que se desglosan en 4.715 que siguen en tratamiento y 1.275 que lo dejaron, lo rechazaron o ya fallecieron, cifra bastante menor que a los números anunciados por Bachelet, informó el diario El Mercurio.
Siguiendo con las cifras, en el 2017 el promedio mensual de crecimiento es de 365 pacientes por mes y de los 3.000 beneficiarios que se esperaban cuando ingresaran las tres nuevas patologías Crohn, nutrición enteral domiciliaria y bomba de insulina) sólo 203 han ingresado hasta el 30 de junio.
Según datos de Fonasa, el 2016 se utilizó el 70% del dinero dispuesto y en 2017 (a la fecha) sólo el 25 por ciento se ha gastado en tratamientos.
Las agrupaciones de pacientos o familiares de éstos, criticaron la puesta en marcha de la ley aludiendo a que están sobrando muchos recursos en desmedro de que muchos enfermos siguen necesitando ayuda. Y por ello culpan a la burocracia, como Robinson Cristi, vocero de la Federación Chilena de Enfermedades Raras, quien aseguró que “hay casos que teniendo la enfermedad y necesitando el tratamiento que está en la ley, no se puede acceder por la letra chica”.
En respuesta a esta acusación, el subsecretario (s) de Salud Pública, Cristián Herrera, dice que el error es que los cálculos sobre posibles beneficiados se hicieron con estándares internacionales. “En algunas enfermedades tenemos menos pacientes que los que estimamos, pero en otras tenemos más. En artritis reumatoide estimamos 1.400 y llevamos 1.200, pero en esclerosis múltiple estimamos 250 y la llevamos casi 300”, aseguró Herrera.
