Incómodos momentos pasó la Presidenta Michelle Bachelet en el Te Deum que se realizó ayer en la Catedral Evangélica, el último de su administración, donde debió soportar manifestaciones en su contra y sermones en rechazo a la agenda valórica del Gobierno, especialmente por el aborto en tres causales y el matrimonio igualitario.
Estos molestos episodios para la mandataria comenzaron apenas se bajó del auto presidencial y cuando ingresaba al templo, donde grupos de evangélicos le gritaron “asesina”, “mala mujer” y “vergüenza nacional”.
Luego, en la presentación de las autoridades e invitados hubo aclamaciones y aplausos para el candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, mientras que para el resto no hubo expresiones ni a favor ni en contra.
Sin embargo, la incomodidad de la jefa de Estado y las autoridades de Gobierno se hizo evidente al iniciarse los sermones de los pastores. Y sin duda el más polémico fue el del relacionador público de la Catedral Evangélica y candidato a diputado por Renovación Nacional, Eduardo Durán Salinas.
En su mensaje, Durán expresó que “ha habido promulgación de leyes que van en contra de nuestros principios. Hoy, movimientos minoritarios han logrado instalar una agenda que ni siquiera cuenta con el respaldo mayoritario de la ciudadanía: identidad de género, matrimonio igualitario, despenalización del aborto, son sin duda leyes que no representan nuestros valores cristianos”.
Sin embargo, el presidente de la Mesa Ampliada de las Iglesias Evangélicas, obispo Emiliano Soto lo rechazó: “Hubo un aprovechamiento político de parte de él y no lo compartimos. Hizo uso de la palabra y encima es candidato a diputado”.
El mismo obispo Soto, en su alocución, señaló que “hoy oramos para que los llamados temas valóricos, cuando se inicia la vida o el matrimonio entre un hombre y mujer, tengan siempre de parte de los legisladores la consideración real de lo que significa libertad religiosa que es un derecho humano fundamental, que se respete la libertad de conciencia de quienes profesamos una fe”.
Por su parte, el presidente del Consejo de Obispos y Pastores, Jorge Méndez, afirmó desde el púlpito que “es muy importante que la familia refleje el diseño que planificó Dios; Él creó la humanidad como hombre y mujer”. También enfatizó que el matrimonio fue instituido “como un pacto basado en la unión física, emocional y espiritual de dos géneros”, y que se “ha atentado contra la familia chilena con una legislación que ha deformado su concepto”.
Por último, el presidente del Concilio de Iglesias Evangélicas de Valparaíso, Dino Hormaechea, aprovechó “una oración por la patria” para acusar que miles de niños serían abortados en Chile debido a la ley de aborto por tres causales.
Estos hechos llevaron a la mandataria a retirarse del templo sin despedirse de los pastores en señal de protesta por “falta de respeto hacia su investidura”, como calificó posteriormente la vocera de Gobierno, Paula Narváez.