Un intenso primer debate presidencial protagonizaron los 8 candidatos a La Moneda en el Salón de honor del Congreso en Valparaíso, organizado por Asociación Nacional de Prensa y moderado por el periodista Iván Valenzuela.
Si bien interacción entre los aspirantes a la banda presidencial fue escasa, hubo momentos en que los postulantes a la primera magistratura se increparon por temas relacionados con derechos humanos, la huelga de hambre de los 4 comuneros mapuches y la dieta parlamentaria.
La primera parte del debate estuvo marcado por la alusión que los abanderados realizaron a los 4 mapuches. Tanto como Beatriz Sánchez, Alejandro Navarro, Eduardo Artés y Alejandro Guillier se refirieron al ayuno que realizan Alfredo Tralcal y los hermanos Ariel, Benito y Pablo Trangol para que no se les aplique la Ley Antiterrorista en el denominado Caso Iglesias.
El primer momento polémico lo protagonizó el candidato de Unión Patriótica, Eduardo Artés, quien aseguró que las paredes del Congreso “huelen a corrupción”.
Posteriormente, Beatriz Sánchez se refirió al veto que realizó contra el panelista de “En buen chileno”, Sergio Melnick, luego que José Antonio Kast asegurara que “Beatriz Sánchez dice que quiere dialogar con los mapuches y no quiso dialogar con Sergio Melnick”
“No estoy dispuesta a sentarme en un programa donde hay un jerarca de la dictadura evaluando a los candidatos. No es censura, yo soy la que me quedo fuera de un programa. Sé que puedo perder un voto, pero tengo mis convicciones claras”, dijo.
Luego de una serie de preguntas, el momento peak del debate lo marcó el candidato del PRO, Marco Enríquez-Ominami, cuando acusó al abanderado de Chile Vamos, Sebastián Piñera y a su contendiente, José Antonio Kast de “ser cómplices pasivos de la dictadura”.
Piñera aseguró que “el hecho de haber participado en el gobierno militar no significa ningún pecado. El hecho de haber tenido poder y haber podido evitar atropellos a los derechos humanos, para mí, sin duda, constituye un reproche moral”.
“En nuestro país, muchos piensan que los únicos responsables de los graves y reiterados atropellos a los derechos humanos que ocurrieron en nuestro país durante el gobierno militar fueron los militares, y eso no es verdad”, apuntó.
Por su parte, Kast defendió al régimen dictatorial de Augusto Pinochet, sosteniendo que “las Fuerzas Armadas en Chile no usaron la fuerza para tomarse el poder, sino que para recuperar Chile (…). Salvador Allende destruyó este país”, afirmó entre pifias y aplausos de los asistentes.
Nuevamente, M-EO volvió adueñarse del debate cuando emplazó a Piñera a condenar los dichos de sobre el denominado caso Quemados y los derechos humanos se tomaron el debate de la Asociación Nacional de Prensa en el Congreso.
“Sin duda que la candidata a diputada que negó que Carmen Gloria Quintana fue quemada cometió un error”, responde Piñera, sin indicar si pedirá el retiro de su candidatura.
Asimismo, el diputado Kast, quien ha hecho una férrea defensa de la dictadura militar, afirmó que por este caso “no ha existido ningún condenado”.
El senador Alejandro Guillier fue consultado sobre su postura acerca del mecanismo para realizar una nueva Constitución, luego de que en 2013 mostrara su apoyo a la Asamblea Constituyente.
“Para ser sincero tengo franca divergencia con lo que pasa en Venezuela. Chile tiene una tradición que no necesita aprender de lecciones ajenas. Hemos sido el país democrático más estable de América Latina. Es un país capaz de mostrar un camino al mundo /…) Que nadie se asuste, la democracia no le hace mal a nadie”, afirmó.
Asimismo, Guillier fue interpelado por Kast respecto a sus posturas sobre las isapres, acusándolo de incoherencia. El senador independiente prefirió no usar su derecho a réplica señalando que “nuestro diputado ha hablado hoy día tantas incoherencias, que vale la pena pasar por alto”.
En otro tema, M-EO puso el tema de las dietas parlamentarias de los postulantes, a lo que Kast respondió que el donaba su dieta a diversas fundaciones, hecho que también fue replicado por Goic quien aseguró que “vive de su sueldo”, como muchos chilenos.
Finalmente, el debate que duró más de dos horas finalizó con un minuto de libre disposición para los candidatos.