Hasta el centro de eventos Casa Piedra llegó hoy la Presidenta Michelle Bachelet, junto al ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, y del Trabajo y Previsión Social, Alejandra Krauss, para participar en la inauguración del Encuentro Nacional de la Empresa 2017, “Enfrentando un mundo nuevo”.
En medio de su discurso en Enade, la mandataria afirmó que “recibimos una economía que venía desacelerándose desde la segunda mitad de 2013, tuvimos que enfrentar el impacto combinado del fin del superciclo de precios de los commodities y el estancamiento del comercio mundial”.
En esa línea, destacó que al final de su Gobierno “vamos a entregar una economía en franca recuperación, con cuentas fiscales ordenadas y con la capacidad intacta para retomar mayores niveles de crecimiento. Las señales de recuperación están a la vista: en el empleo, la inversión y el precio del cobre (que ha vuelto a niveles por sobre los US$3 por libra en las últimas semanas), y una mayor confianza de empresarios y consumidores”.
Asimismo, Bachelet enfatizó que el país se encuentra en momentos de definiciones y que se requieren espacios de reflexión para contribuir a un debate capaz de levantar la mirada.
“Insistiré en este punto todas las veces que sea necesario, porque el diálogo y la construcción de horizontes comunes son esenciales para nuestra democracia. Como personas y organizaciones con responsabilidades y poderes sociales no podemos darnos el lujo de no escucharnos o argumentar a partir de postverdades”, dijo la máxima autoridad del país.
Luego, se refirió a los consensos que considera elementales respecto de nuestras falencias y nuestras posibilidades como país, donde primero “ya no es razonable poner en entredicho, es el deber de esta generación de seguir fortaleciendo la educación, perfeccionando acceso y calidad, derechos y responsabilidades, acoplando formación con trayectorias laborales y personales, alineando vocaciones regionales con oferta educacional”.
“Por supuesto, sé que con esto no basta para optar al desarrollo. Entonces aparece con nitidez un segundo consenso, subrayado por la mayoría de los actores: la solidez de nuestra economía descansa en que hagamos mayores esfuerzos para recuperar la confianza. La confianza entre instituciones y ciudadanos, entre representantes y representados, entre empresas y clientes, o entre servidores públicos y usuarios. Por eso Chile es hoy más fuerte gracias a la Agenda de Probidad y Transparencia”, añadió.
La gobernante también hizo un llamado a seguir fortaleciendo los derechos de los consumidores y dijo que “quiero decir con total franqueza que lamento seguir viendo resistencias frente a las iniciativas para dar una mejor protección a los derechos de los consumidores. Los mercados necesitan de reglas claras y de organismos que las ejecuten eficazmente. Tolerar prácticas abusivas o el desconocimiento de las responsabilidades que tienen las empresas no va en la dirección correcta y, lo hemos visto, termina afectando a la legitimidad misma de la iniciativa privada”.
Además, recalcó la relevancia de que Chile siga profundizando su dialogo con la comunidad internacional, aun cuando “hay quienes piensan que vincular las políticas nacionales con la agenda internacional es un lujo o un capricho personal. Pensar de esa manera demuestra una perspectiva –me van a perdonar- limitada y hasta pueril del mundo que nos rodea. Porque es pensar que podemos resolver nuestros problemas sin reconocer las fuerzas actualmente determinantes, sin coordinarnos con otros y sin valorar la experiencia y el conocimiento acumulados en otros países”.
“Nuestro liderazgo como país depende de que logremos actuar a tiempo ante un nuevo orden internacional, con riesgos apremiantes, con regímenes democráticos sometidos a presión, pero donde también surgen espacios de entendimientos y compromisos sin precedentes”, puntualizó.