A través de una carpeta que incluye fotos, documentos, diagnósticos, gráficas campañas y propuestas, Londres 38, Espacio de memorias, da a conocer a los candidatos las principales directrices y planteamientos que debieran considerar en Derechos Humanos.
En los documentos, Londres 38 valora la intención de hacer propuestas sobre justicia y verdad y llama a los políticos a ampliar su visión sobre los derechos humanos y rescatar las demandas de los movimientos sociales en sus programas. Cada comando recibió la carpeta entregada por Londres 38, que además contiene material de la campaña “No Más Archivos Secretos” y el “Manifiesto por los 40 años tras el Golpe de Estado”.
“Los derechos humanos se suelen dividir en individuales, políticos, económicos y sociales, y colectivos. Los programas y propuestas de los actuales candidatos y candidatas presidenciales comparten la preocupación, aunque con diferentes enfoques, por las temáticas económicas y sociales y -podría inferirse- por los derechos asociados a ellas. Sin embargo, no existe igual preocupación por los derechos violentados en dictadura, ni por la impunidad existente en el presente: los postulantes a la presidencia omiten toda referencia al tema como si derechos tan básicos como el derecho a la verdad y a la justicia estuvieran garantizados. Como si unos derechos pudieran ejercerse sin la plena vigencia de los otros”, inicia el texto.
Entre las causas a las que Londres 38 invita a adherir a los presidenciables, se encuentra la construcción colectiva y autónoma de nuevos proyectos emancipatorios; El término de la criminalización de los movimientos sociales y justicia ante las violaciones a los derechos humanos de las que han sido víctimas; La convocatoria a una Asamblea Constituyente; Demanda de políticas públicas con enfoque de género; El término de la ocupación del territorio ancestral mapuche; entre otros.
“Como espacio de memorias hoy aspiramos a construir una sociedad que reconozca el derecho de todos, en particular de los más oprimidos, marginalizados e invisibilizados, a participar, disputar y proponer nuevas formas de organización y convivencia social; no solo como condición del tantas veces proclamado “Nunca más” al terrorismo de Estado, sino como exigencia de un “No más” al actual régimen de injusticia y desigualdad”, consigna el texto.