Foto: Fundación Claudio Naranjo
De acuerdo con entrevista a El Dínamo, que dio el psiquiatra chileno, Claudio Naranjo (85), a propósito de su participación Congreso del Futuro, la educación para él, siempre ha sido un derecho y no “un bien de consumo”, como lo cree el presidente electo, Sebastián Piñera.
La versión de este año del encuentro de ciencias y humanidades fue una de las más esperadas y masivas. En su exposición, Naranjo nuevamente hizo un análisis crítico de la educación. Mencionó que, a su juicio, somos víctimas de “una educación que embrutece, que es un regalo podrido”, principalmente porque es paternalista, castra la libertad y su único objetivo es aprobar exámenes.
Consultado sobre la inclusión, dijo: “Se insiste en la inclusión como una cosa más, pero sin insistir en nuestra formación más profunda: qué es la educación y para qué es. Respeto a la Presidenta Bachelet por su fe en la Unesco, pero no comparto su fe en la Unesco. Es una mujer bien intencionada pero creo que quienes manejan a la Unesco no son ya bienintencionados.
Cuando se le preguntó sobre la gratuidad, señaló: “A mí me parece un crimen internacional este invento de cobrarle a los estudiantes, eso es para dominar a los estudiantes, para tenerlos sometidos, y se les ha ocurrido a gente que no es de este o de tal otro país, es una medida internacional. Es un problema en Estados Unidos y son pocos los países que se han salvado. México, por ejemplo. Debería ser gratuita la educación, no debería ser un negocio del Estado ni una herramienta para someter desde el endeudamiento y crear inseguridad, porque genera mucho daño psicológico”.
También, habló sobre las expectativas de los jóvenes que estudian una carrera por incentivo económico de ingresos, en desmedro de la vocación. “Me parece terrible, porque no sólo de pan vive el hombre. La vida es más misteriosa que los negocios, pero es un mal muy profundo del mundo moderno. Jesucristo, ya que está el Papa por acá, parecía como demasiado enojado con los mercaderes que sacó a latigazos del templo, parecería que se le pasó la mano, pero hoy se le puede dar toda la razón en insistir que no pase un rico por el ojo de una aguja. Es cierto que milita el dinero contra lo humano, aumenta la producción y nos encandilamos con eso, como si importase más en la vida el aumento de la producción. Pero hay pueblos más primitivos que lo pasan mejor y que son más sabios en su manera de vivir”, sentenció.
