En un entrevista concedida al diario La Tercera, el abogado y académico, detalló que la primera vez que abordó la delicada situación que vivían cientos de familias y personas en el país, fue en un encuentro que coordinó el propio Jaime Guzmán en La Moneda (1976), cuando él cursaba segundo año derecho.
Allí, de acuerdo a Cuadra, le preguntó derechamente sobre los casos de derechos humanos, a lo que Pinochet le habría contestado que el país estaba en una “situación de guerra” y que era responsable de “mantener el territorio”.
Luego, en 1984, cuando el abogado ya era parte del gabinete, según su relato, varias veces abordaron los casos de detenidos desaparecidos, situación que se repitió, afirma, en los últimos días del general, cuando éste estaba postrado.
“(…) Ahí varias veces conversamos del tema, particularmente el tema de los detenidos desaparecidos. Y en esa última conversación, poco antes de que él muriera, cuando me planteó el tema de que yo siempre le había dicho la verdad, le dije que para mí era muy importante que él supiera bien cuál era el fondo de mis argumentos sobre el tema y que no era solo en lo político, no en lo profesional, ni siquiera en la cuestión ética jurídica, era en la cuestión antropológica. Vale decir, en las culturas a las que Chile pertenece, los muertos son respetados y las familias tienen derecho a sepultar a sus muertos”, confesó el ex ministro de la dictadura.
Consultado por la postura del general, Francisco Javier Cuadra detalló que la respuesta de Pinochet fue la siguiente: “‘No siempre se puede hacer lo que uno quisiera'”.