En su intervención, el alcalde hizo un análisis de cómo han evolucionado las manifestaciones estudiantiles, desde las marchas de los “pingüinos” hasta llegar a los incidentes con bombas molotov y amenazas a profesores y trabajadores de la educación mediante el rociamiento de bencina.
“Tras los corta calles comienzan a agudizarse los episodios, con lanzamientos de bombas molotov, quema de contenedores de basura, comienzan a quebrar focos, con amedrentamiento a vecinos. Hay una pérdida paulatina del respeto hacia la autoridad, hacia el apoderado, hacia el profesor”, aseveró.
También señaló que dirigentes del comunal Santiago del Colegio de Profesores le plantearon que “concurren a trabajar con miedo, muchos de ellos han sido vulnerados física y psíquicamente. Los casos más extremos los conocemos todos, rociar con bencina a un profesor, a una manipuladora de alimentos, a una asistente de la educación, agredir físicamente, amenazar con un gollete”.
Frente a esto, dijo que la única herramienta para combatir y perseguir a los responsables eran los manuales de convivencia firmados por toda la comunidad escolar. “Nos dimos cuenta, en la práctica, que sin duda estaban bien inspirados, datan de 2012, pero la realidad los superó, nos encontramos con procesos sumamente dilatados en el tiempo y que se genera una sensación de impunidad que es brutal”, enfatizó Alessandri.
También afirmó que en los liceosde la comuna se dan casos de que un alumno pudo haber estado lanzando una bomba molotov o rociando con bencina a un profesor en la mañana, y en la tarde ese mismo alumno podía estar sentado frente al mismo profesor.