La iniciativa, que tendrá un costo de US$3.500 millones para el Estado, busca incrementar las cotizaciones de un 10% a un 14% de forma gradual, con cargo al empleador, dándole libertad a las personas para elegir quién administrará ese porcentaje adicional.
Además, se incrementará en un 10% la pensión básica solidaria, la cual puede aumentar hasta en un 50% en función a la edad de los pensionados, y también aumentará en forma inmediata en un 15% el aporte previsional solidario, que podrá llegar a un incremento del 70% en función de la edad del pensionado.
El mandatario resaltó que el proyecto busca “mejorar la calidad de vida de nuestros adultos mayores y aplicar ese principio de tratar hoy día a nuestros adultos mayores, como queremos que nos traten a nosotros mañana”.
“Esta es una reforma muy significativa, es la reforma que va a involucrar la mayor cantidad de recursos públicos durante nuestro gobierno, y que está financiada seria y responsablemente”, dijo el Presidente Piñera.
El jefe de Estado firmó el decreto junto a los ministros de Hacienda, Felipe Larraín; de Trabajo, Nicolás Monckeberg; de Desarrollo Social, Alfredo Moreno; y de la Secretaría General de la Presidencia, Gonzalo Blumel.
La iniciativa busca crear un segundo pilar solidario para beneficiar a tres grandes grupos: a todas aquellas personas que pertenezcan a la clase media; a las mujeres, que en general tienen pensiones más bajas; y se incentivará a las personas que voluntariamente quieran y puedan extender su permanencia en el mundo del trabajo.
El mandatario además señaló que la reforma establece un seguro para situaciones de dependencia severa y que existirá un subsidio para quienes no hayan cotizado y estén en una situación similar.