El Hospital ha sido el epicentro de una serie de irregularidades que ponen en riesgo su adecuado funcionamiento bajo el alero de la Universidad de Antofagasta y su actual rector, Luis Loyola.
La salud en la Región de Antofagasta vive momentos complicados, pues no solo debe lidiar con la falta de especialistas del área de la salud y con el déficit en infraestructura, hoy se suma un nuevo problema, el conflicto de interés que mantiene a la Universidad de Antofagasta en la mira y al hospital clínico cuestionado.
Los problemas han sido variados, comenzando con el pago de millonarias indemnizaciones a exdirectivos y la posterior renuncia de su Director General, Zamir Nayar. A esto se le suman, el mal manejo de recursos públicos y la pérdida de equipos médicos.
Estas situaciones ponen en entredicho el rol que ocupa, actualmente, Loyola como responsable de esta casa de estudios, por tanto, de su hospital. Además, la especialización de estudiantes de medicina -quienes realizan su formación correspondiente en dichas instalaciones- se ve directamente afectada al existir un mal manejo detrás de la institución médica.
Es necesario que la salud de los antofagastinos y la educación de profesionales esté resguardada por un líder coherente con la importancia del cargo que ocupa y es de suma relevancia que se defienda al Hospital Clínico de Antofagasta como una institución que esté libre de conflictos como los mencionados.