
28 de junio de 2022, 9:20 am.
Javier Fuenzalida, vicepresidente de Clínicas de Chile, señaló que la agrupación está preocupada porque Fonasa e isapres les deben 700 millones de dólares por concepto de atenciones realizadas a pacientes afiliados a estas aseguradoras de salud.
El ejecutivo detalló a La Tercera que la deuda de Fonasa llega a más de $300 mil millones (unos US$345 millones), mientras que las isapres adeudan cerca de $307 mil millones (más de US$350 millones).
Según las clínicas, estas son cifras nunca vistas antes y es por eso la preocupación, ya que ellas obtienen gran parte de sus ingresos a través de Fonasa y las isapres.
En relación a la deuda de Fonasa, Fuenzalida explicó que “este es un tema que no es nuevo, se arrastra desde la administración anterior, pero se ha ido acrecentando con el tiempo cada vez más, y se han ido alargando los tiempos de pago”.
Indicó que en 2021 más del 40% de las cuentas superaron los 90 días para su pago y en 2022 los atrasos se han aumentado.
“Es fundamental contar con estos pagos, ya que ellos son parte de los recursos que permiten la operación de nuestras instituciones. Cada clínica debe financiar y pagar los gastos en que ya ha incurrido por remuneraciones de médicos y personal de salud, equipamiento, medicamentos, elementos de protección personal, insumos, entre muchos otros”, aseguró
Agregó que “este vacío financiero pone en alerta al sector prestador privado, porque es una cifra demasiado alta, que continúa ampliándose día a día y pone en una situación complicada a varios de nuestros asociados que necesitan urgentemente contar con el pago de las prestaciones que ya entregaron a los pacientes. No hay sector que soporte tener estos volúmenes de recursos pendientes de pago”.
“Estamos alertas por las consecuencias que esto podría significar para algunos de nuestros establecimientos, lo que afecta de manera más dura y compleja a las instituciones más pequeñas y regionales que atienden altos porcentajes de pacientes provenientes del sistema público”, recalcó.
Sobre las deudas de las isapres, expresó que “mantenemos una preocupación muy importante respecto de la situación financiera de las isapres, ya que el sistema prestador privado necesita del financiamiento que entregan las isapres para poder contar con los recursos necesarios para atender a los pacientes y solventar las prestaciones de salud”.
Añadió que dicha deuda “es especialmente delicada, porque las clínicas estamos evidenciando, además, un retraso progresivo en el proceso de bonificación y pago de parte de las isapres, lo que se ha hecho aún más crítico en los últimos seis meses. Al mismo tiempo, han aumentado de manera ostensible los montos que se encuentran devengados y no pagados (procesos de pago de pacientes ya atendidos sin que se cursen los pagos respectivos por parte de la isapre). Esto, sin duda, responde a las dificultades financieras que están enfrentando las isapres”.
“Este no es solo un problema financiero. Es un hecho gravísimo que incumbe al sistema prestador privado en su totalidad y que afecta directamente los recursos con los que debemos contar para atender a nuestros pacientes y que son relevantes para nuestro funcionamiento diario (sueldos de personal médico, medicamentos, servicios básicos, infraestructura, etc.)”, argumentó.
